al sendero. Por Ordenanza Municipal Nº 049/18 HCD-MLP se denomina “Sendero de los Antiguos Pobladores” al que se transita por casi 1km entre los callejones El Cóndor (ex callejón de Moya o La Lydia) y Cauken (ex callejón de Graciano). Asimismo se lo Declara Patrimonio Histórico, Cultural y Natural como paisaje cultural. Estimado caminante disfrute de este recorrido a través del tiempo. Es el resultado del uso del territorio que hicieron los pioneros en tiempos pasados.
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Si bien el poblamiento más temprano de la región data de poco más de 8000 años antes del presente, en la zona de El Manso, el poblamiento estable de los denominados “antiguos pobladores” se inicia hacia finales del mil ochocientos con la llegada de numerosas familias provenientes fundamentalmente de Chile por los pasos fronterizos, o argentinos que sus padres ya habían llegado tiempo antes de Chile también. Es el caso de la mayoría de las familias asentadas en Lago Puelo. Aquí residió Doña Aurora Cerda de Rubilar, quien fuera desalojada junto a su marido, Pedro Rubilar y sus hijos del Parque Nacional Lago Puelo, cuando éste surge hacia el año 1937. Fueron años
duros para esos pobladores que al retirarse de sus antiguas ocupaciones se ubicaron donde la urgencia y necesidad les permitió. La familia Rubilar se ubicó primero en inmediaciones de la actual Ruta 16, luego en el faldeo del Cerro Currumahuida, en una aguada a la altura de la Chacra de Roussell para finalmente trasladarse a esta ubicación donde construyeron su casita de madera, su galpón y su quinta que los proveía de frutas y verduras además de criar una puntita de animales. Aquí fue despidiendo a sus hijos que buscaban su propio destino, aquí mismo recibió muy jovencito a Feliciano Moya con quien convivió hasta que la muerte la llamo. Aquí se fue, dejando este rincón cordillerano mientras hilaba con su huso recuerdos de un Lago Puelo que ya cambió…
La Mensura del año 1938 ubica como Lote 54 a Juan Albornoz, hijo de Santiago Albornoz, agricultor de origen chileno y de Margarita Lirio quienes llegaron a estas tierras en 1907 desde Zapala, Provincia de Neuquén y se establecieron en un sector actualmente ocupado por el Parque Nacional Lago Puelo. Dieron origen a una numerosa familia local. Con la llegada de la inmigración Polaca-Ucraniana a la zona, es una de esas familias europeas, la de Stephan Zaniuk, quien adquiere la chacra y con mucho tesón la convierte en una producción modelo con frutales, verduras y animales. Tenía la parte más productiva dividida en 3 unidades: en una tenía trigo, en otra las papas y la última con ovejas y cada año rotaba los cuadros. Los Zaniuk a su producción excedente la comercializaron en El Bolsón, Bariloche y Esquel, permitiéndoles un notable progreso. Finalmente, continuando con otra impronta productiva, adquiere la chacra la familia Llanos y la llaman La Lydia, con importante producción de frambuesas y nogales. Actualmente un sector de la propiedad está siendo loteada.
Hacia el año 1958 el matrimonio de Francisco Kratochwil y Carolina Christenhaidt con sus 3 hijos adquieren esta propiedad. La familia que arribara a la Argentina desde Austria en el año 1948, luego de recorrer San Martin de los Andes y Bariloche en busca de su lugar en el mundo, eligen Lago Puelo para construir esta cabaña que hoy observamos al recorrer el sendero. Su hijo Germán comentaba sobre la elección de sus padres:
“…ellos estaban enamorados de este lugar porque sentían que era como su Patria perdida, era como recuperar el sueño perdido cuando se fueron de Austria después de la guerra…”.
Francisco en Austria era fotógrafo y gráfico pero para ganarse el sustento después de la guerra pintaba en la zona rural a las familias campesinas quienes pagaban con huevos o verduras por el servicio. En la Argentina trabaja en las editoriales Peuser y Kapeluz dibujando los mapas históricos para los manuales. Todos los veranos se trasladaban a este, su paraíso, para disfrutar de la naturaleza inspiradora de sus obras de arte. Construyen con sus propias manos la cabaña y disfrutaban de la vecindad, escasa por aquellos años. Germán recordaba que el sendero, usado por los viejos pobladores, era transitado a pié, a caballo o con sus carros de bueyes. En ese tiempo estaba
muy espejado, los pinos que hoy se observan en las inmediaciones junto al añoso roble los plantó él mismo en el invierno de 1961. Llamaron a su chacrita “Ruca Murau” como queriendo integrar dos culturas, la nativa, la mapuche ya que ruca en lengua mapudungun significa casa y la europea de sus orígenes en alusión a Murau el pueblo donde naciera Carolina, y que añoraba con sus bosques, cascadas y esas límpidas aguas con las que se fabricaba cerveza. Actualmente habitan la propiedad Germán y su hermano menor Roberto con su familia.
La historia de Juana Muñoz, pobladora de este solar, se remonta hacia finales del siglo XIX cuando sus padres, José Rosario Muñoz y Blanca Rosa Marillán, y algunos de sus hijos llegan a la zona de Junín de los Andes desde Chile. Allí se asientan un tiempo, Juana se casa con Manuel Muñoz, de apellido alcanzado, y toda la familia arriba a Lago Puelo en 1917. Sus padres se establecen en la portada del Parque Nacional y ella con su marido junto al Cerro Currumahuida en el Lote 59, dentro de lo que luego sería jurisdicción del Parque. Comienzan los desalojos a aquellas familias que ya lo habitaban, como en el caso de otras familias, al irse fueron ocupando diferentes lotes de las inmediaciones. Doña Juana Muñoz de Muñoz primero ocupó con su familia un solar en las inmediaciones de la hoy Ruta 16 y callejón El Cóndor, luego se trasladó a vivir con su hijo Juan a este terreno. Aquí la visitaban sus otros hijos y nietos, como es el caso de Rosa Muñoz quien recordaba:
“…la abuela aquí tenía cerezos, tenía ciruelas, cosechaba zapallos, su quintita de siempre se hacía al borde del cerro, quedaron los nogales… Yo cuando la conocí ya era viuda y vivía aquí. Yo iba a comer zapallos de esos ingleses, rojos y grandotes, los hacía al horno, muy ricos… ellos siempre fueron muy humildes… Tenía una casita pequeña toda de madera, tenía un pozo con agua que venía de la montaña, un galponcito atrás donde guardaba sus cosechas de papas, zapallos, ajos que ella sembraba, siempre tenía eso, la piedra grande esa que se ve cayó del cerro arriba del galpón…”.
Ese suceso de la roca que cayó muy cerca de su vivienda motivó que se fuera a vivir con su hijo Negro Muñoz y su esposa doña Manuela Rubilar. Entonces venden este terreno a la familia Kratochwil que eran sus vecinos. Hasta que lo adquiere su actual propietario Fabián Catrambone. Uno de los hijos de Doña Juana, conocido popularmente como Maninga Muñoz supo poblar un poco más arriba, en el faldeo del Cerro Currumahuida por donde pasa otro sendero y aún se observan las ruinas de la vivienda y añosos frutales.
“…nos dieron la posesión a nuestro nombre con el compromiso de introducir mejoras, tales como vivienda, alambrados y comienzo de explotación… A comienzo de 1951 nos fuimos a vivir a la chacra de Lago Puelo… concluí la construcción de la casa, levanté tres galpones, armé puentes dentro y fuera de la propiedad, tenía dos arroyos que la cruzaban de punta a punta y sacaba agua de ellos para el riego, y cerré cuadros con alambre. Planté unos 3000 árboles, de ellos 2800 manzanos…llegué a reunir una variada muestra de animales: cuatro caballos y tres vacas; además de ovejas, cerdos, gallinas ponedoras y conejos. Fabricaba quesos, manteca y embutidos, y obtenía lana de la esquila…”.Para ese entonces los socios eran cuatro, pero Vega Olmos, su esposa e hijos los que atendían la chacra. En 1957 luego de asesorarse y con financiación y apoyo técnico de Malterías Hudson y Bella Vista de Buenos Aires inicia ese mismo año una plantación de 4 has. Con muy buenos resultados y excelente cosecha en 1958. Para entonces también incursiona en el cultivo de frambuesas producción que le vende a la Bagley. Desencuentros con uno de sus socios lo llevan a vender su parte y volver a Buenos Aires en Marzo de 1960. Será el principio del fin de esta chacra productiva por excelencia. A cargo queda uno de sus socios por quien se la conoce como la chacra de Fernández. En los alrededores vivieron algunos vecinos como Cristóbal Urrutia y Avelina Albornoz, Juan de la Cruz Contreras y su esposa Juana Albornoz, ya en jurisdicción del Parque la familia del suizo Pablo Rietmann.
Turismo Lago Puelo